Cuando seamos historia

martes, 10 de mayo de 2011

Siempre me he imaginado cómo será el futuro. ¿Qué cosas nos esperan ahí? Y también me he preguntado cómo será vista la sociedad actual en la historia, la sociedad de inicios del segundo milenio.

Cuando leo sobre la historia de la ciencia, o mejor dicho, la historia de las ideas, me pregunto cómo es que antes se creían como ciertas, incluso obvias, muchas ideas que han resultado no solo incorrectas sino irrisorias. Seguro pensaron en alguna idea, por ejemplo que la Tierra es plana o que es sostenida por dos elefantes encima de una tortuga, que un dios se enoja y manda los rayos como si fueran lanzas desde el Olimpo o que necesitamos sacrificar a nuestros hombres y mujeres más valiosos para que llueva.

Con los dos puntos anteriores, surge naturalmente la pregunta, ¿cuáles ideas que aceptamos hoy como obvias serán vistas como irrisorias en el futuro? Es una de las ideas que he platicado con algunos amigos cercanos. Creo que si pudiera echar un vistazo al futuro eso sería lo primero que buscaría. ¿Cómo seremos vistos en el futuro? (Aparte de comprar un almanaque deportivo 2000-2050).

Últimamente he pensado en una respuesta probable. Creo que será irrisoria nuestra creencia en dios (o dioses) o, al menos, en nuestra creencia actual. Me refiero a nuestra idea de un dios todopoderoso, controlador, creador de todo (lo visible y lo invisible). Eso es porque a lo largo de nuestra historia hemos preguntado el porqué de las cosas y hemos tenido la necesidad de explicar lo “inalcanzable”. ¿Por qué caen los rayos? ¿Por qué unos años llueve más que otros? ¿Por qué brilla el Sol? ¿Qué es la muerte? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es nuestro propósito? ¿Por qué me pasa esto a mí?

Hemos ido llevando esas preguntas a niveles superiores cada vez, supimos el origen de los rayos y la lluvia y dejamos de sacrificar compañeros para hacer llover o detener los rayos. Hemos ido alcanzando lo “inalcanzable”, por tanto llevamos a nuestros dioses de las nubes, del cielo o de Marte aún más lejos. En la actualidad una respuesta común sobre dónde están nuestros dioses es que están en “otra dimensión” (tal vez en alguna de esas que le sobran a la teoría de cuerdas). Nuestro entendimiento sobre el universo, el mundo e incluso sobre nosotros mismos ha estado aumentando.

Creo que algún día nos daremos cuenta de que esta idea de dios es innecesaria y estudiaremos el porqué surgió esta idea. Nos preguntaremos: ¿cómo es que se llegó a creer en él?, ¿cómo es que hubo tantas muertes por las diferentes ideologías? y ¿cómo es que durante tanto tiempo se siguieron los preceptos “dictados por dios”?

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