Hace días viajaba en microbús (pesero, camión) y frente a mí estaba una niña, como de 3 años, sentada en las rodillas de su papá tomando un yogurt. Después de un rato vi, que la niña se estiraba para alcanzar la ventana de arriba que estaba abierta y me di cuenta que lo que trataba de hacer era tirar el envase vacío del yogurt, “¡qué mal!” pensé, “tan pequeña y ya tirando basura, seguramente siguiendo el ejemplo de sus papás”. En eso, el papá se dio cuenta de lo que estaba haciendo la niña, ¿saben cuál fue su reacción? Si pensaron, “regañar a la niña” se equivocaron, pero si pensaron “levantar a la niña para que alcanzara a tirar el envase” le atinaron… #fail.
Eso me ha hecho pensar nuevamente sobre la mentalidad del mexicano. Nos gusta creer que somos un pueblo bueno, educado y trabajador; pero que estamos atrapados por un gobierno lleno de gente mala, inepta y floja. ¡Qué raro! Un pueblo lleno de gente buena y sin embargo, los que llegan al gobierno son malos. “Se hacen así cuando llegan al poder” decimos entonces. ¿Será esto realmente cierto? El factor común (me salió el lenguaje matemático) de todos nuestros gobiernos es quién los elige y a quiénes gobiernan. Es decir, nosotros somos el factor común.
Creo que el problema es nuestro sistema de valores, nuestra moralidad. ¿Qué es eso?, dirán unos, “eso de la filosofía no me interesa” dirán otros. Pero déjenme ayudarme aquí de una frase de Ayn Rand: “…como seres humanos tenemos que hacer elecciones, una moralidad es inevitable para nosotros. Nuestra única opción consiste en si adquirimos nuestra moralidad a través de un proceso deliberado de pensamiento o a través de ósmosis social” (que conste que ahora el lenguaje científico no es mío).
Con lo que puedo introducir el punto que quiero tratar, México es un país de chingones. ¿Cuántas veces han oído la frases tipo: “saqué 6, pero ni estudié… qué chingón!”. En México creemos que es más valioso estudiar poco (o nada) y “panzar” con 6, que estudiar mucho y sacar 9 digamos. “Qué chingón!, pasé sin estudiar”, por eso digo que estamos llenos de chingones. Cuando vamos a hacer un trámite, preferimos dar mordida para agilizar las cosas, “¡qué chingón!, me atendieron antes que los demás!” o también cuando nos detiene la policía, “¡qué chingón!, si hubiera pagado la multa me hubiera salido el doble” y el que recibe la mordida dice “hoy saqué más por mordidas que por mi salario… ¡qué chingón!”.
Pero claro, tenemos todo tipo de excusas: “es que tenía que cuidar a mi hermanito, es que me urgía el trámite, es que me pagan muy poco” y ustedes mismos han oído y dicho algunas más. Es decir, la culpa siempre es de las circunstancias, pero no nuestra; nosotros somos buenos, honestos, limpios, etc.
El otro problema de la mentalidad mexicana tiene que ver con los dos grandes males de nuestro país: la religión católica (sí, ya sé que siempre le echo la culpa) y la educación (impartida mayormente por la televisión y luego por el gobierno). Este problema puede resumirse en una frase célebre, de la que seguramente algunos de ustedes se identificará, incluso la tendrán como lema familiar o algo: “Soy pobre pero honrado”.
La religión católica nos enseña a no buscar los bienes materiales (solo a los fieles, no a sus dirigentes) y la televisión y el gobierno están en una posición cómoda, ellos viven bien y no tienen razón para hacer un cambio. Aunque repito, ellos no son los culpables, ellos hacen lo que más les conviene, nosotros somos los que debemos cambiar “hoy, hoy, hoy” (lo único bueno que nos dejó Fox).
Así, iba a terminar el día de hoy, pero un buen amigo me dijo que en la modificación de la conducta es más exitoso un reforzamiento positivo, así que trataré de hacerlo. ¿Qué podemos hacer para cambiar nuestras circunstancias? Nuestro cambio afectaría en poca medida al país, sin embargo, ¿saben a quién afectará en mayor medida? A nosotros mismos y luego a los que nos rodean. Debemos intentar cambiar nuestra vida, debemos mejorar nuestro sistema de valores, debemos trabajar para ser “racionales en una sociedad irracional”. En fin, creo que el cambio está en nuestras manos.
3 comentarios:
Me gustó!..., creo que en religión algo así como lo que dices se llama el misterio de la comunión....por otro lado creoq ue la modificación de la conducta es más efectiva con castigo positivo ;)
El psicologo B.F Skinner comprobó mediante experiemntación con animales que premiando la buena conducta aprenden más rápido y retienen con más eficacia que castigando la mala conducta.
Me resulta chistoso escuchar/leer como es aceptada en la sociedad la frase “fulanito(a) llegó al poder en tal o cual estado/municipio; ¿poder? ¿acaso no son “servidores públicos"? y ese tambien es un problema grave pues como sociedad no exigimos nuestros derechos, nos venden un producto caduco y lo unico que hacemos es tirarlo a la basura, por eso tambien nos "mangonean" a placer y creo que si...para poder ser mejor sociedad debemos tener desde un inicio respeto por la misma: tolerancia, educación, valores....etc etc...porque ahora lo he vivido debemos ser el ejemplo de los hijos o tratar de hacerlo lo mejor posible y eso se ve reflejado desde la mas simple acción...muy buen ejemplo el que comenta el Daviberto aqui...un niño por si solo no lo hace...que podremos transmitir si desde un inicio nos ven tirando basura en la calle, desperdiciando agua, el conformismo, el "valemadrismo" y pagando cuentas ajenas (jejejejeje este ultimo solo es chiste). Saludos!!
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