Mi opinión es bastante simple. La energía nuclear es LA energía del siglo XXI, ahí les van las razones. Las fuentes de energía tradicionales van rápidamente de salida y las de nueva generación o renovables aún no están listas.
La producción de combustibles fósiles, i.e. petróleo, carbón y gas, alcanzó su máximo histórico hace algunos años y ahora está disminuyendo (pasó el máximo de la Gaussiana para los científicos por ahí). Sin embargo, el consumo sigue creciendo, por lo que el precio del petróleo sin duda seguirá en aumento, aún con el “generoso” subsidio del gobierno mexicano… por cierto, ¿de dónde creen que viene el dinero para ese subsidio? Ese subsidio que le da más a alguien con un Mustang que a alguien con un Chevy… o mucho más a Bimbo y a Coca-Cola. Bueno, ese es otro tema. La producción de energía eléctrica por combustibles fósiles representa 0.81 del total (datos del 2008).
Las energías renovables no contaminan y pueden reutilizarse. El ejemplo al que ya estamos acostumbrados es la energía hidroeléctrica, se coloca una turbina en un cauce de agua. La energía hidroeléctrica representa el 0.07 de la producción total. Las demás energías renovables, i.e., solar, eólica, geotérmica y biocombustibles, representan ya el 0.06, la mayor parte debido al biocombustible para automóviles.
La energía nuclear también representa el 0.06 de la producción total. En los reactores nucleares se usa un proceso de fisión nuclear para calentar agua, que se convierte en vapor y pasa a través de unas turbinas y se genera la electricidad, para entonces el agua se enfría y se repite el ciclo. Como saben, esto deja residuos nucleares que son peligrosos por sí solos y además, uno de estos residuos (el plutonio) puede usarse para hacer armas nucleares.
La energía nuclear ha dejado en medio siglo de existencia poco más de 60 muertos, todos ellos por el accidente de Chernóbil de 1986. Claro que ha habido otros accidentes, pero se pueden contar con los dedos de la mano. El de este año en Fukushima ya se cataloga como el segundo peor. La minería del carbón mata en cambio a miles de mineros todos los años, miles. Sencillamente, en la reciente explosión de la mina de Carbón en Sabinas, Coahuila ha habido más muertos que en el accidente nuclear de Fukishima, “el segundo peor de la historia”. La sociedad, sin embargo, se preocupa mucho más por los riesgos de la energía nuclear que por el uso del carbón. ¿Se han preguntado el por qué?
Yo creo que se debe a dos razones: la primera es que estamos acostumbrados a la minería y al carbón mientras que la energía nuclear es algo nuevo, inusual y como reflejo humano, tememos a lo nuevo. La segunda razón es que la minería mata a trabajadores de las minas y acaso gente que vive cerca de ellas (es de corto alcance pues), por lo tanto es más segura para el resto de nosotros. Mientras que la radiación nuclear tiene un mayor rango de acción espacial y temporal, las consecuencias de los accidentes nucleares duran AÑOS… además, atraviesa las paredes como los fantasmas.
Creo que en este segundo punto los físicos (y los científicos en general) tenemos parte de culpa, porque debemos acercar la ciencia a los no científicos, para que conozcan cómo funcionan y cómo protegerse. No ha habido muertes en los demás accidentes porque ahora sabemos que ingerir una pastilla de Yodo es una buena protección contra la radiación.
La producción de energía nuclear está muy concentrada, por ejemplo: EUA, Francia y Japón producen casi el 0.6 de la total mundial. En Francia, casi el 0.8 de la energía total viene de plantas nucleares. Alemania y China tenían planes para hacer una gran cantidad de plantas y reactores en el futuro.
Desafortunadamente, después del reciente accidente en Fukushima, éstos y muchos otros países han retrasado o cancelado sus proyectos nucleares. Quiero creer que es por la presión del público y que en realidad ellos aún creen que es la mejor forma de afrontar la venidera crisis energética.
En México, el 0.91 de la energía viene de combustibles fósiles, el 0.05 de energías renovables (incluida la hidroeléctrica) y el 0.04 de la única planta nuclear en México: Laguna verde, Veracruz, la cual tiene 2 reactores. En 2010, la secretaria de energía Georgina Kessel hablaba de la ampliación de la producción de este “recurso estratégico”. Pero este año se dice que se revisarán los proyectos.
En fin, el temprano accidente en Chernóbil y Greenpeace han hecho a la energía nuclear “antipop”, y su resurgimiento ha sido detenido por el accidente en Fukushima… No es la energía perfecta, pero será la transición a energías más limpias, y de hecho, ya nos estamos tardando, aún más en México. Es un poco como el temor a volar, aunque “estadísticamente es más seguro viajar en avión que en autobús o coche”.
Nota. Quité eso de los porcentajes y use una notación “más científica”, según. Si quieren el porcentaje multipliquen por 100, i.e. 0.06=6%.
2 comentarios:
Interesante tu punto de vista Deivid, aunque no debes olvidar ponderar los efectos a largo plazo de las catástrofes nucleares, me refiero a la aparición temprana de Cáncer, deformaciones congénitas y abortos espontáneos. Bien lo dices al anteponer el número poco difundido de víctimas producto de la generación y manejo de las actuales fuentes de energía comparada con la nuclear que es de primera impresión mayor. Sin embargo, se debe recordar que la energía nuclear deja un daño silencioso que aparecerá por generaciones.
Por otro lado el impacto ambiental es una punto muy a favor de la energía nuclear que podrías también discutir a fondo.
Creo fehacientemente que la fisión nuclear es el recurso de energía del futuro, no sin antes garantizar mayor seguridad en su manejo.
P.D. Te faltó un cero en la nota sobre tu notación
Tienes razón, aun falta el número difícil de calcular de daños debido a cáncer, que aún así debí mencionar. Es por eso que la energía nuclear es una buena alternativa en México, tenemos el territorio suficiente para crearla donde fácilmente haya un radio deshabitado de 20km, a diferencia de Japón, que tiene población viviendo a 3km de sus plantas.
PD Ya puse el cero en la nota.
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